El asma infantil provoca molestos síntomas que impiden que los niños jueguen, hagan deporte, duerman o vayan a la escuela con normalidad. Incluso puede generar peligrosos ataques de asma. Y, si bien esta enfermedad no es distinta de la que sufren los adultos, los más pequeños hacen frente a desafíos especiales. En este texto, te contamos cómo combatir esta afección.
Es una enfermedad producida por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias, se caracteriza por una respiración anhelosa y difícil, tos, sensación de ahogo y ruidos sibilantes en el pecho. Esta patología crónica es muy común en la infancia y la adolescencia. Es más frecuente que signos aparezcan durante la noche o las primeras horas de la mañana, los síntomas comunes del asma son la tos que impide un sueño tranquilo y las sibilancias que se producen al respirar.
Muchas veces, el asma surge en la niñez, sobre todo, antes de los 5 años. Puede hacer que los niños tengan que faltar a clase e, incluso, ir al hospital. No obstante, existen tratamientos para controlarla.
Al igual que ocurre con otras muchas patologías, en bebés, niños y adultos, el asma no presenta una única cara. Según sea el origen o desencadenante, la gravedad, cómo ocurre y cuándo tiene lugar esa crisis de asma estaremos ante un tipo de asma u otro.
Esta clasificación atienden al grado de obstrucción que el niño presenta en las vías respiratorias así como la frecuencia con la que aparecen los síntomas habituales.
Cuando el desencadenante de una crisis asmática es un inhalante como el polen, los ácaros o los animales, se trata de un asma alérgica extrínseca. Si es el organismo del niño que reacciona a una infección, hablamos de asma intrínseca, y puede ser no alérgica, ocupacional, inducida por el ejercicio o nocturna.
Hay algunos factores genéticos y ambientales que pueden causar asma, con más frecuencia en los primeros años de vida. Muchos alérgenos que empeoran el asma están en el aire y causan problemas cuando los aspiramos. Algunos de los ejemplos más comunes son el polvo, la caspa de perros y gatos, pólenes, las plumas de ave, el moho y los hongos. Estos son desencadenantes alérgicos que encontramos dentro y fuera de la casa. Por otro lado, algunas personas tienen una predisposición genética hereditaria a padecer procesos alérgicos.
También existen otros elementos a considerar como son el ejercicio o esfuerzo físico, el tabaco y la contaminación, factores neonatales, determinados alimentos, infecciones respiratorias, cambios meteorológicos, etc.
Los síntomas de sospecha de enfermedad asmática, son:
El asma infantil afecta a mucho niños durante su infancia.
En Adeslas ponemos a su disposición nuestro amplio cuadro médico para el diagnóstico del asma infantil en el que podrá visitar al Alergólogo o Neumólogo según la causa de sus episodios asmáticos de los menores. Para establecer adecuadamente un diagnóstico de asma infantil será necesario realizar:
Prevenir es evitar la aparición de una enfermedad, y en su defecto si ya ha aparecido, la prevención está encaminada a reducir su impacto sobre la salud. La prevención consiste en el diagnóstico precoz y el tratamiento del niño con problemas de alergia para evitar que desarrolle síntomas de asma al volver a entrar en contacto con el alérgeno y fundamentalmente consiste en evitar el contacto con los alérgenos a los que está sensibilizado. De lo contrario, si el asma ya ha aparecido la prevención consistiría en evitar la aparición de las crisis en el niño/a y se basa además de en la adopción de medidas para evitar alérgenos.
En Adeslas te indicamos las siguientes recomendaciones para prevenir el Asma Infantil eliminar de casa disparadores del asma, como polen, moho, los ácaros del polvo del hogar, la piel de gatos, perros y roedores, las plumas de pájaros, etc. Y evitar fumar delante de los niños y protegerlos de los ambientes con humo o tóxicos.
La prevención del asma infantil es muy importante para su diagnóstico y tratamiento.
El tratamiento del asma infantil ha de ser integral tiene que combinar la evitación de los alérgenos atmosféricos y de los desencadenantes irritantes, con los fármacos y la actividad educativa apropiada para que el niño y su familia aprendan a controlar la enfermedad.
El objetivo del tratamiento es:
Si, además, el asma infantil se asociara a alergia, ésta también debe ser tratada mediante el control de la exposición al alérgeno y terapia farmacológica si fuera necesario.
Si un menor presenta un asma infantil leve, existen altas probabilidades de que en la vida adulta no presente ningún síntoma. Sin embargo, puede ocurrir que durante una etapa de su vida desaparezcan las crisis asmáticas para regresar a posteriori.
En los casos de asma infantil grave o muy grave, es muy difícil que la superen por completo. En estos casos nuestro afán es mejorar en todo lo posible la calidad de vida del niño.
El ajo y el jengibre pueden calmar la congestión del pecho. Por su parte, la cebolla reducir su inflamación, al igual que la miel. Los higos son otra buena opción para mejorar el estado del sistema respiratorio. Asimismo, se dice que el ajo limpia los pulmones.
Esto en cuanto a alimentos que tomar, porque, además, untar aceite de mostaza o de eucalipto en el pecho y espalda también resulta efectivo para aliviar los síntomas del asma infantil.
Ahora ya conoces qué es el asma infantil, cómo combatirlo o cómo un seguro médico puede ayudar a los niños que lo padezcan. Contrata Adeslas para proteger a tu ser más querido.
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